miércoles, 14 de enero de 2009

Oda a muchas preguntas y una esperanza

¡Ay, Pablo si tu supieses!
Si pudieras ver tu siembra
si tan sólo escucharas los
nuevos cantos...
¿Fuiste un sembrador
de ilusiones?
¿Un cantante de los sin voz,
un viajero impenitente
o gigante tan cercano...?

Gabriela,
¿sigues haciendo rondas
ahora siderales?
¿Hay almas con los
piecesitos descalzos?
¿Haces clases de nube en nube?
Allá,
¡existe un sol tan maduro
como en tu Elqui soñado?...

Vicente
¿tienes ahora un paracaídas
con color a melancolía?
¿Qué movimiento literario estás
creando
sin que te envidien los ángeles?
Tu único pecado
¿fue
el tiempo justo de tu nacimiento?
No sé. Pero
tu gloria es l
a diafanez de tu alma...
Nicanor
peldaño a peldaño
sigues subiendo hasta la cresta...
del sol.
Niño grande y tosco
con manos que podrían
perforar la roca,
y que tan sólo dibujan sonrisas.
¿Te veré algún día navegando
en un caldillo dorado...?

Hermanos,
hermanos poetas,
hermanos humanos
yo los invoco,
el mundo los invoca.
Tenemos sed de palabras
De belleza, de armonía.
Sin ustedes,
¿cómo declararemos el amor
a nuestras amadas?
¿Cómo andaremos los caminos
de la lucha cotidiana?
¿Quién podría soñar
sin sus aeroplanos?

Vengan,
recorran nuestras venas
naden en nuestras copas.
Comamos pan juntos
hagamos un velero con
nuestras sábanas y pidamos al viento
que sople,
que nos lleve lejos
muy lejos
hasta el
fondo de las miradas.

Yo aportaré mi amor
tu darás tu sonrisa
él entregará su esfuerzo
ustedes las ganas
y juntos,
unidos, transformaremos
el desierto, la injusticia,
la tristeza
en una flor de alborada.

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